Los grupos estadounidenses Union Pacific Railroad y Norfolk Southern mantienen conversaciones preliminares para una integración que crearía un gigante ferroviario de transporte de mercancías valorado en cerca de 200.000 millones de dólares (172.400 millones de euros).
La operación, por la que Union Pacific adquiriría a su rival, ya que duplica su tamaño (capitaliza unos 134.000 millones de dólares frente a los 63.000 millones de Norfolk), forjaría una empresa con una red ferroviaria por todo EEUU y una elevada cuota en el transporte de mercancías. Por ese motivo, la potencial transacción se enfrentaría a un duro escrutinio del regulador de transporte de EEUU y, en última instancia, al visto bueno de Donald Trump, según informan Financial Times y The Wall Street Journal.
Los rotativos indican que las conversaciones son preliminares y podrían abandonarse sin llegar a buen puerto.
Los grupos en cifras
El enorme tamaño de la transacción es un escollo para obtener el visto bueno de reguladores y autoridades, ya que sumaría al mayor operador ferroviario por ingresos de EEUU y al cuarto. Union Pacific, con sede en Omaha (Nebraska), facturó 24.250 millones de dólares y ganó 6.750 millones de dólares el año pasado. Por su parte, Norfolk ingresó 12.123 millones de dólares y ganó 2.684 millones.
Sin embargo, el nuevo Gobierno de Donald Trump podría ser menos intervencionista ante una potencial fusión de ambos grupos, según los analistas. De hecho, el consejero delegado de Union Pacific, Jim Vena, ha alabado públicamente en varias ocasiones durante los últimos meses las bondades de una fusión ferroviaria transcontinental porque, en su opinión, mejoraría el servicio al reducir los retrasos que se producen en el intercambio de vagones cuando una compañía los transfiere a otro operador.
Norfolk, con sede en Atlanta (Georgia), lleva tiempo en el disparadero. En 2016, Canadian Pacific le lanzó una opa hostil de 28.400 millones de dólares, pero tras meses de tiras y aflojas, el consejo de Norfolk la rechazó por considerarla demasiada baja.
El año pasado, su CEO, Alan Shaw, dejó la compañía tras descubrirse que había mantenido una relación con una empleada. Meses antes, el grupo tuvo que combatir las arremetidas del fondo activista Ancora Holdings, que criticaba la gestión de Norfolk en un descarrilamiento en Ohio en 2023 y la débil evolución de sus cuentas. Y ahora, emerge la posible integración con Union Pacific.
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